Base Bíblica: Mateo 28:18-20.

Introducción:

En la Iglesia creían que la tarea de evangelización era del pastor. Y dejaron esa responsabilidad sobre sus hombros. Desconocían que él tenía muchas funciones. ¿Le suena conocido? Sin duda que sí. Es el fenómeno que se produce en muchas congregaciones en donde dejan a su ministro al frente de todo, y si tuviese tiempo, le pedirían que aseara el templo. Tremendo error. La Gran Comisión no es la obligación de una sola persona sino el llamamiento que tenemos todos los creyentes.

1.- La Gran Comisión: El más grande plan para alcanzar el mundo.

1.- ¿Quién dio la Gran Comisión? Jesucristo.

a.- Es poder para transformar a los hombres y las naciones.

b.- Si cambia el hombre, cambia la sociedad y la nación (Efesios 1:19-23).

2.- ¿A quién fue dada la Gran Comisión? A nosotros:

a.- Todo cristiano debe participar.

b.- El Espíritu Santo nos confiere el poder para cumplirla.

c.- cada cristiano debe desarrollar el compromiso de ganar almas para Cristo.

3.- ¿Qué es la Gran Comisión? Es compartir el evangelio de Jesucristo.

a.- La oportunidad de compartir las Buenas Nuevas de Salvación (Lucas 2:10, 11).

--No todas las personas escucharán el evangelio. Hay quienes lo rechazan.

b.- Es necesario dejar los resultados en manos de Dios.

c.- El evangelio produce crecimiento en el convertido a Cristo (Colosenses 1:3-6).

II.- La Gran Comisión: Un llamado para alcanzar a quienes corren peligro de perderse por la eternidad.

1.- Nuestra responsabilidad: evangelizar. La responsabilidad del Espíritu Santo: Traer convicción de pecado.

2.- Conforme hayan discípulos, se dinamizará el proceso de evangelización.

3.- ¿Por qué evangelizar?-

a.- Porque que Cristo lo ordenó.

b.- Porque los hombres están perdidos sin Cristo (Juan 14:6; Hechos 4.12).

c.- Porque los hombres tienen hambre de Dios.

d.- Solo Dios sabe cuándo se cumplirá la Gran Comisión. No obstante, el tiempo apremia.

e.- Es hora de testimoniar con la vida.

III.- La Gran Comisión se cumple allí donde estamos (Hechos 1:8).

1.- Se deben conjugar esfuerzos: oración, recursos, participación personal.

2.- Se debe movilizar a la iglesia.

3.- Una estrategia eficaz son los grupos de estudio bíblico.

4.- Cada alma debe ser edificada en la Palabra.

5.- Un alma edificada, debe ser enviada:

a.- Debe instruírseles en la importancia de la oración.

b.- Deben tener sólidas bases de discipulado (Romanos 12:12; 2 Timoteo 2:2).

IV.- La Gran Comisión: se necesitan obreros.

1.- Ríndase a Dios.

2.- Ore a Dios para que lo dirija:

a.- Pídale una estrategia eficaz.

b.- Pídale que le abra las puertas.

3.- Elabore una lista de personas a quienes evangelizar:

a.- Empiece con su familia.

b.- Prosiga con sus amistades.

4.- Conságrese a Cristo para ser su testigo ante el mundo (Marcos 10:28-30).

Conclusión:

La persona que está a su lado es uno de los blancos para evangelizar. Recuerde que si no le comparte las Buenas Nuevas de Jesucristo, corre el peligro de perderse por la eternidad. Es imperativo que usted actúe hoy. Asuma la Gran Comisión. También es para usted. No solo asignada al pastor y el equipo de liderazgo. Es una tarea de todos.