Mateo 22:1-14

INTRODUCCIÓN: El Señor demanda de todos los hombres y mujeres que desean ser salvos, activar la preparación de sus almas para la eternidad. Deseo esta noche desarrollar este precioso mensaje de forma textual.

I. Versículo 2: “… un rey –Dios- que hizo fiesta de bodas a su hijo” – Cristo.

El reino de Dios representa la salvación que Dios ofrece.

En varios pasajes de la Escrituras Cristo es presentado como el esposo y la iglesia como la esposa: Cantar de los Cantares. Mateo 25:1 dice: “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo”.

Este simbolismo representa a la intimidad que debe existir entre el Señor y la iglesia, el amor de los creyentes hacia su Señor.

II. Versículo 3: “…envió a sus siervos a llamara sus convidados”, llamar a los llamados, griego. En otras palabras, los que con previa anticipación habían sido invitados.

La reacción de los invitados: “más estos no quisieron venir”. Actitud que ilustra la resistencia de los hombres al llamado de Dios. “Dicen, pues, a Dios: Apártate de nosotros, porque no queremos el conocimiento de tus caminos” (Job. 21:14).

Después de haber sanado el Señor a los endemoniados gadarenos, la gente le pidió que se fuera de sus contornos; preferían tener a sus enfermos y endemoniados que al Señor Jesús. En la parábola, encontramos que los invitados, con indiferencia y desprecio se fueron uno a su labranza y otro a su negocio.

¡Cuán grandes enseñanzas! ¡Cómo solemos invertir el orden de valores! Dinero, buen empleo, buen carro, buena casa, buenos muebles. Mientras que hay una fenomenal negligencia hacia las cosas espirituales.

III. Versículo 10: “Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos, y las bodas fueron llenas de convidados”.

Una enorme multitud de personas se aglomeró dentro del palacio del rey, pero no significaba necesariamente que todos habían reunido los requisitos para agradar al rey.

Se había colado a hurtadillas uno que rechazó en la puerta el vestido que le estaban regalando para la ocasión. Representa a aquellos que están en la iglesia, pero que no son salvos.

“Muchos me dirán en aquel día. Señor, Señor, ¿No profetizamos en tu nombre, en tu nombre echábamos fuera demonios y en tu nombre hicimos milagros? Entonces les declarare: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mt. 7:22).

“Así los primeros serán postreros, y los postreros serán primeros; porque muchos son llamados, mas pocos los escogidos” (Mt. 20:16; 22:14).

Como estos invitados eran pobres, era necesario darles un vestido para que se presentasen dignamente. En oriente el vestido para los invitados era provisto por los reyes y se llamaba “Kaftán”. Se refiere que aquel hombre rechazo el vestido que le estaban regalando. Prefirió quedarse con sus harapos.

IV. El fin de aquel hombre (v. 13).

Aquel extraño es echado fuera. Estaba adentro y quedo fuera. Estaba en la luz y quedó en las tinieblas. Estaba entre muchos y quedó solo. Estaba en donde había fiesta y risa y fuera dar al lloro y crujir de dientes. Estaba libre y fue a arrojado atado de pies y manos.

Una de las grandes doctrinas bíblicas es el momento de la separación eterna. Cristo la ilustró por medio de: La separación de las ovejas de los cabritos. El trigo y la cizaña.

Dos en el campo, uno tomado y el otro dejado. Dos mujeres moliendo en un molino, una tomada y la otra dejada. Esta separación eterna y definitiva es clara en los siguientes pasajes bíblicos:  (Jn. 5:28,29). (Dn. 12:2), (Mt. 25:46).

CONCLUSIÓN: ¿Estás preparado para entrar en la vida eterna?