Daniel 10:10-21

Introducción: Gracias al pecado del hombre, Satanás tiene dominio sobre territorios. Las Escrituras lo llaman "el dios de este siglo" y el "príncipe de este mundo". Desplegando su poder con las huestes espirituales de maldad, mantiene cegados a millones de personas para que no les resplandezca la luz del Evangelio. Cuando ayudamos a establecer el Reino de Dios, que comienza en el momento en el que una persona recibe a Jesucristo como Señor y Salvador, Satanás pierde territorio. La tarea que tenemos delante es muy grande. Lo importante es que Jesucristo nos dio poder, unción y autoridad no solo para rechazar a Satanás de nuestra vida, sino también para llevar a otras personas a los pies de Cristo.

I.- SATANAS EJERCE DOMINIO SOBRE LOS TERRITORIOS (Daniel 10:10-21)

1.- A través del dominio territorial, Satanás busca estorbar los planes de Dios (vv.10-13)

1.1.- Nuestras oraciones son escuchadas por Dios (v. 12)

1.2.- Satanás estorba la respuesta a nuestras oraciones (v. 13 a)

a.- En la dimensión espiritual se libran batallas entre las fuerzas del bien y las del mal (v. 13 b)

b.- La resistencia de Satanás no debe llenarnos de temor ni desánimo (v. 19)

1.3.- La lucha que se libra en la dimensión espiritual contra las huestes territoriales de maldad es

permanente (vv. 20, 21)

2.- El cristiano se encuentra envuelto en la batalla que se libra en la dimensión espiritual (Efesios

6:12)

2.1.- Satanás libra tremendos ataques contra los creyentes en el Señor Jesucristo (Lucas 10:18-20)

2.2.- El Señor Jesucristo nos dio poder sobre el mundo espiritual de maldad (vv. 19, 20)

a.- Para derrotar las huestes de maldad.

b.- Para que no nos haga daño.

II.- EL GOBIERNO TERRITORIAL DE SATANAS ES POSIBLE GRACIAS AL PECADO

1.- Gracias al pecado del género humano, Satanás tiene dominio sobre naciones y territorios (Mateo

4.8, 9)

2.- El pecado trae muerte espiritual y le concede dominio a Satanás (Efesios 2.1, 2)

2.1.- Las pautas de un mundo sin Cristo, son el cimiento del poder demoníaco que ejerce Satanás (v. 1)

2.2.- Solo cuando alguien acepta al Señor Jesucristo como Salvador, rompe las ataduras que le dan dominio territorial a Satanás (v. 19)

a.-La incredulidad a la Salvación es alimentada por la venda que pone Satanás a quienes están bajo el pecado (2 Corintios 4.4)

b.- La venda del pecado lleva a millares a la perdición eterna (Colosenses 2.13)

3.- El sacrificio redentor del Señor Jesucristo nos libra de toda atadura y despoja a Satanás de su poder (Colosenses 2:14, 15)

3.1.- En la cruz se rompió toda atadura (v. 14)

3.2.- Toda hueste de maldad fue despojada de poder y autoridad por el Señor Jesucristo (v. 1598

4.- Cuando se establece el Reino de Dios, Satanás pierde dominio territorial (Juan 12:31)

III.- EL CRISTIANO TIENE AUTORIDAD PARA DERRIBAR EL DOMINIO TERRITORIAL DE

SATANAS

1.- Cuando nos sometemos a Dios, tenemos poder y autoridad (Santiago 4.79

1.1.- El proceso encierra tres dimensiones:

a.- Someterse a Dios.

b.- Rechazar al diablo

c.- El diablo huirá del cristiano comprometido.

2.- Bajo el gobierno del Señor Jesucristo tenemos poder, unción y autoridad sobre las huestes de maldad (Marcos 16:17, 18)

3.- Como cristianos fieles y comprometidos, ahora tenemos poder para atar y desatar (Mateo 16:19; 18:18)

Conclusión:

Cuando somos conscientes de la autoridad que nos otorga el Señor Jesús sobre toda hueste de maldad, y ejercitamos esa autoridad, ganamos territorio al enemigo. En el amado Señor Jesucristo tenemos asegurada la victoria. Pero es imperativo que como enseñan las Escrituras, nos sometamos a Dios; segundo, que resistamos las maquinaciones y ataques del diablo, y tercero, verle huir de nosotros. Para concluir compartimos con usted dos preguntas de suma importancia: ¿Está ejerciendo la autoridad que le delegó el Señor Jesús?, y la segunda: ¿Vive sujeto al Señor Jesucristo para evitar que Satanás tenga algún tipo de dominio por el poder que le concede el pecado del género humano? Sólo usted tiene las respuestas.