Texto: Mateo 5:4

Introducción: Esta bienaventuranza es una continuación lógica de la anterior.  La persona que es pobre en espíritu (v.3), o sea, quebrantada de corazón, llorará por su condición hasta encontrar consolación.

I. ¿Quiénes son estos bienaventurados? ¡Los que lloran!

A. Aunque la palabra original (griego, pentheo) se puede traducir “llorar,” quizá una mejor traducción es “lamentar” por causa de una aflicción interna.

B. De las nueve veces que la palabra pentheo ocurre en el N.T.  (Mt. 9:15; Mr. 16:10; Lc. 6:25; 1Cor. 5:2; 2Co. 12:21; Santiago 4:9; Apoc. 18:11,15,19) seis se traduce como “lamenter.”

C. De manera  que las personas a las cuales se refiere la bienaventuranza son las que se afligen.

1. Las que se lamentan por alguna grande prueba.

2. Personas que están llenas de congoja, la exteriorizan por medio del llanto.

D. No están incluidas  en esta categoría aquellos que sufren pero que no tienen una sincera compunción delante de Dios.

II. ¿Cuáles son los características de esta lamentación?

A. Aunque el Señor no define la causa de la lamentación, sin embargo, como el versículo anterior y el que sigue se refieren a la esfera religiosa, se entiende entonces que esta lamentación es por motivos justos y espirituales.

B. Esta lamentación no es un tipo de remordimiento, ni una ansiedad por el juicio que se avecina.

C. Es una lamentación acompañada de arrepentimiento y salvación: “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para la salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte” (2Cor. 7:10).

III. ¿Cuál es la promesa? ¡Recibirán consolación!

A. Dios siempre se presenta a su pueblo como un consolador:

1. “Consolaos, consolaos, pueblo mió, dice vuestro Dios” (Is. 40:1).

2. “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí,  porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová… a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sión se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo len lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado…” Is. 61:1-3.

3. A Dios se le llama en la Biblia el Dios de consolación:

a. “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús” (Ro. 15:5).

b. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de Misericordias y Dios de toda consolación” (2 Co. 1:3).

B. Esta consolación es tanto presente como futura:

1. Tiene su cumplimiento parcial en el presente: “el cual (Dios) nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” (2 Co. 1:4).

2. Y tendrá su cumplimiento definitivo en la eternidad; “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Ap. 21:4).

CONCLUSIÓN: ¿Son tus cargas tan pesadas que te llenan de congoja? ¿Los problemas de tu vida te han llenado de lamentación? Reposa, ¡en Dios tú puedes encontrar toda la consolación que necesitas!