Hechos 2:1-4

INTRODUCCION:  Estamos presenciando un derramamiento del Espíritu de Dios sobre la iglesia cristiana, sin distinción de denominación.  También se está viendo un interés muy sincero de parte de la gente en buscar a Dios: La gente tiene hambre de las cosas de Dios.  Esto es un cumplimiento de lo que Dios dijo por medio del profeta Amós: “He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oir la palabra de Jehová” (Am. 8:11). Todo esto es obra del Espíritu de Dios que está tratando de una manera especial con las personas.

I. EL ESPÍRITU SANTO, ES UNA PROMESA DE DIOS.

A. El profeta Joel, quien vivió en los años 825 A.C. escribió: “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre

toda carne …antes que venga el día grande y espantoso de parte de Jehová” (Jl. 2:28,30).

B. El profeta Is. quien  vivió en el año 700 A.C. escribió en nombre de Dios: “Mi Espíritu derramaré sobre tu

generación…” (Is. 44:3).

C. El profeta Ezequiel, quien vivió en el cautiverio babilónico, año 585 A.C. escribió: “Y pondré dentro de

vosotros mi Espiritu…” (Ez. 36:27; 37:14).

D. Juan el Bautista: “El os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (Mt. 3:11).

E. El Señor Jesús:

1. “He aquí yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros…” (Lc. 24:49).

2. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador…” (Jn. 14:6).

II. EL ESPÍRITU SANTO, ES  UN DON

A. San Pedro dijo en su sermón predicado el día de Pentecostés: “Arrepentíos …y recibiréis el don del

Espíritu Santo” (Hch. 2:38).

B. Cuando el apóstol Pedro predicó en casa de Cornelio, el Espíritu Santo cayó sobre su auditorio: “Y los

fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los

gentiles (no judíos) se derramase el don del Espíritu Santo” (Hech. 10:45).

C. Se le llama “don” porque es un regalo celestial que a Dios le place conceder de su espléndida

generosidad.

III. EL ESPÍRITU SANTO, ES UN BAUTISMO

A. Juan el Bautista dijo de Cristo: “El os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (Mt. 3:11).

B. Antes de ascender a los cielos, el Señor le dijo a sus discípulos: “Vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de no muchos días” (Hch. 1:5).

C. La palabra “bautizar” significa “sumergir”, por lo tanto el bautismo en el Espíritu Santo es una inmersión dentro del Espíritu de Dios.

D. La persona a quien Dios se lo da, queda sumergida, cubienta por la presencia de Dios.

IV. EL ESPÍRITU SANTO, ES UN DERRAMAMIENTO

A. Dios dijo por medio del profeta Joel: “Derramaré mi Espíritu sobre toda carne…” (Jl. 2:28).

B. En la epístola a Tito se habla de  “… el Espíritu Santo, el cual derramó (Dios) en nosotros abundantemente…”.

C. Cuando el Espíritu Santo cayó sobre los que escuchaban el sermón de Pedro en casa de Cornelio: “… los fieles de la circuncisión (judíos) que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo” (Hch. 10:45).

D. La palabra “derramamiento” se usa para explicar algo que se otorga copiosamente.

V. EL ESPÍRITU SANTO, ES UNA INVESTIDURA

A. Cristo le dijo a sus discípulos: “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero

quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” (Lc. 24:49).

B. La idea de la investidura es que la persona queda cubierta por el Espíritu de Dios; que tiene por vestido

exterior la presencia de Dios.

CONCLUSIÓN: Como hemos podido ver, el Espíritu Santo no es simplemente para que uno se goce, o se sienta muy agusto:

- Es una promesa dada por Dios

- Es un regalo,

- Un bautismo,

- Un derramamiento

- Y una investidura que habilita al cristiano a servir a Dios consistentemente.

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Como es una promesa de Dios para su pueblo, lo podemos pedir con confianza;

Como es un don de Dios, esto es, un regalo, no lo podemos comprar con méritos personales;

Como es un bautismo, nos introducimos en Él, rodeándonos con su presencia;

Como es un derramamiento, nos llega del cielo y no de los hombres,

Y como es una investidura, nos arma para la guerra espiritual.